martes, octubre 04, 2011

ACEPTO.

El ruido de esta ciudad me impacta siempre ha estado presente, estos 20 años viviendo aquí me hace una estresada ciudadana más. Ruido, smog y calor, Santiago no tiene más gracias que estas tres, en verano claro. En invierno todo cambia eso sí: Mucho más ruido, muchísimo más smog y frío/lluvia/heladas matinales. Aquí estoy puesta, colocada y Empeñosamente afanada en cooperar con más ruido, smog y a veces calor.

Me llevo bien con la locomoción Pública. Ando de a pié (por el momento). El metro, el troncal… para qué quejarse, hay cosas más agravantes y más… indignas en cuanto a política, me carga que últimamente todo transmuta en política, todo.

Después de darme vacaciones extensas y de aferrarme a cada centésima de segundo fuera de la urbe vuelvo, algo más cargada que de costumbre, con bastante menos cafeína en el cuerpo y con 1 año y tanto de vacíos, vicios y soluciones parche. Y comienza mi adaptación hoy veinte cuatro días después de haber puesto mis pies aquí, quizás la palabra no es adaptación sino aceptación, esa es la palabra que me describe hoy. Si, ACEPTO. Pero tengo mis condiciones, este año será muy distinto a los ya vividos y a los que vendrán, de partida las cosas ya han cambiado radicalmente. YO he cambiado radicalmente. Cerré ya varios tratos conmigo misma y declaré la independencia de mi propia patria, la paz es total, no le debo al mundo nada ni él me debe nada a mí tampoco, las cuentas ya están saldadas y mis ideales han llegados al fin a buen puerto, mi cerebro y alma son mi buen puerto en donde solamente pueden llegar a varar embarcaciones (pensamientos) positivos, los demás pueden perderse en el “triángulo de las bermudas”. Y como si todo esto fuera poco he comenzado nuevamente a escribir, a gastar horas en sacar de mi palabras, miles de ellas que se atoran en mis dedos por ser las primeras en registrarse. Después de todo vivir en una ciudad tan grande y bulliciosa de seguro no es buena fuente de inspiración, pero como se describe Joyce: “Un hombre lleno de furia y de ruido” Creo que no es tan insípida la bulla, el ruido sino la calma interior, la paz en las decisiones y en los impulsos, la voluntad.

Acepto entonces que soy: Mujer, Amante, Madre, Hija, Hermana, Chilena, Trabajadora, Glotona, Mañosa, Ingeniosa, Bromista, Tonta, Machista, Enojona, Loca, Libre, La reina de la omisión (en la parte posterior puede dejar su adjetivo calificativo si lo desea) Podré ser todo, podré ACEPTAR todo, pero jamás y repito, pero jamás seré “La estancada y deprimida mujer sin historias, vacía y viciada” eso jamás, eso menos que nada.

jueves, septiembre 08, 2011

Realmente sí tengo memoria

Es media noche, sentada, obtusa, desmaquillada, sola. Pero quiero estarlo, todas esas cosas y sentirlas, cierro los ojos y me distraigo de mi misma porque hay momentos que me fastidio que me siento bruta y así, a ojos cerrados es más fácil omitirme, hacer síntesis de lo que esta lleno mi cerebro. Fastidiosa y cursi la mezcla más malditamente perfecta para profanar mi longevidad, a ratos sorbetéo un vaso repleto de alcohol con bebida oscura con un par de hielos que de tanto chocarse entre si y desparramarse en la superficie del vaso ya son apenas unas manchitas blancas que luchan por sobrevivir sin tener algún sentido y me río de ellas porque se asemejan a las manchitas casi blancas, casi extintas que luchan por sobrevivir en mi alma también sin tener sentido para ello y como si fuera tan sencillo o tan complicado o realmente tan livianas. Pudiera decir que la memoria de un momento a otro comenzó a funcionarme, pero sería decir poco y no acostumbro a eso, podría decir que este estado es momentáneo y que es verdad y que es mentira también porque nada es tan realmente como se muestra y eso corre para todo incluso podría contarles mi historia lo que sería aun más inconsistente, absurdo y no se si usar otro adjetivo simplemente porque no se aplicarlos, pudiera ponerme a teclear verbos porque aquellos si son mi fuerte pero hoy no, porque hoy estoy excluyéndome, ya no hay hielos sobre mi trago pero mi alma se ha plagado de manchitas en la lucha de sobrevivencia pero “putas” que han sido obstinadas y eso habla de mi, quisiera adornar algunas frases para lograr un buen síntesis mientras relato mi historia, una historia y comenzar diciendo que, Recuerdo las veces en que jugábamos a despedirnos con las manos vacías y el corazón repleto. No teníamos nada, sólo existíamos, pero la angustiosa distancia nos carcomía. Cuando nos ansiaban a cada paso la noche desbordante de brisas, de ganas gustosas, de sabores, de nostalgia… El juego de ambos como una artificial explicación para la distancia; pero estábamos contentos.

Aquellas imágenes que construimos durante 96 horas, que juntos descubrimos a pesar de la incertidumbre. Los ojos que leímos y las sábanas extrañas en donde no abrimos nuestras pieles. Alguna caricia torpe que se quedó latiendo en nuestras almas.

me sostengo recordando los únicos besos: nuestra sangre hervía y el dulce aroma de tus labios eran nuevas puertas a lo infinito, puertas que abrimos más de una vez. Me volvía trémula con la noche y encontraba entre tu polera de súper héroe el refugio donde quería enredarme el resto de las obscuras horas que nos quedaban. Mis sueños parecían de papel cuando en los bolsillos guardaba la esperanza de verte y en medio de la calle, dos días más tarde, mi dolor crecía al ver realizado todo el amor con un adiós que no tenía reversa. Y Ud. vino cuando necesitaba teorizar sobre Estar y Ud. cuando me sentía desplazada por mi inseguridad y volvías devolviéndome insustancialmente a decirme “estoy aquí” como réplica del terremoto que me dejaste.

Los sueños se vuelven reales cuando los acunas y trabajas en ellos sin que te importe cultura, fe o soledad. Recuerdo al Fauno y la Ninfa; seres inverosímiles que dibujaron su propia historia y, entre néctares, arrebataron sus cuerpos desde el espíritu. Así como lo intenté “sola” bien sola. Me gusta recordarnos, amor. Me gusta porque no hay nada más verdadero que el origen y nada más real que nuestra historia.
Entonces, ¿cómo amedrentar nuestros pasos cuando hay tanto qué decirnos, cuando nuestro pasado aún palpita dentro? ¿Cómo omitir el aroma que nos atrajo del otro, el néctar que prometió sinceramente hacernos fuertes, como dioses, par de seres que iluminaban la noche? ¿Cómo, amor, perder el ansia y el delirio?

La historia está escrita. Y si le duele el hastío a nuestros pasos, quizás podamos detenernos para salvarnos bajo el amparo de un beso profundo… y seguir, pero te quedaste y no me di cuenta. La luna esta creciente y en unas dos semanas más podrá devolverme las suaves pinceladas de inocencia que descubrí cuando luego de besarte iluminaban tu rostro, pero es tarde porque la medianoche se ha ido hace rato y las princesas se marchan, y estoy aquí vencida, sola desmaquillada y obtusa. No me he ido aún simplemente porque no soy princesa y porque nada gano y nada pierdo, porque en realidad no era un juego, era la realidad mas violenta que me ha existido.

martes, diciembre 28, 2010

Hoy lo conocí... Exactamente así.

Y los campos son rosas y las estrellas azules gritaba un pintor medio loco con una botella de vino estilo Frances por su forma mas alargada y fina, vestía un elegante sombrero gris que contrastaba abruptamente con el harapo que hacía las veces de abrigo sobre su escuálido pero erguido cuerpo de huesos bien construidos, caminaba de lado a lado, su estado etílico era evidente bajo las acostumbradas miradas. Volvía a exclamar “Y los campos son rosas y las estrellas azules” y en cada final de frase bebía acaloradamente de la botella con una elegancia espontánea, como la gente que proviene de entre ascendencia educada, como si se llevara en la sangre. Miraba hacia la línea del horizonte que ha esa hora perfectamente se dibuja púrpura, empinándose sobre el banquillo de la ladera derecha de la única plaza del pueblo, para poder mirar de frente el mar tambalea un poco procurando no desperdiciar ni una gota de su preciado néctar “miel de mieles” se justifica al tiempo que recuperaba el equilibrio, por un momento pudo imaginariamente volver al pasado, cuando se rompió el equilibrio de su vida, -los ocasos son mi perdición-, la noche se llevó consigo mi alma, predicaba

jueves, diciembre 09, 2010

http://cuentosrelatosymalahierba.blogspot.com/

viernes, diciembre 03, 2010

Viaje.

Viajo en línea recta, a ratos me detengo para cerciorarme que puedo dominar mi cerebro que lo único que desea es avanzar, intento primero caminar a paso acelerado y procuro sentir como mi corazón bombea y reacciona acorde al afecto defecto. Todo normal fisiológicamente, aún.

Camino en línea recta, a ratos introduzco mis manos en los bolsillos y compruebo que puedo tener otras acciones a parte de caminar y detenerme y volver a avanzar aceleradamente y cavilar a razón de mi corazón y su impaciente latir. Todo normal funcionalmente, aún.

Camino en línea recta, hace rato no me detengo y divulgo a través de mi paso en mi constancia tan poca claridad a pesar de mis gafas, todo se torna oscuro y obtuso, posiblemente es muy tarde y lo más seguro es que este muy cerca el amanecer… Una vez alguien me habló de la magia que tiene un nuevo día a pesar de que el día comienza a la hora 00:01, metódicamente hablando, claro.

Camino en línea recta, sigo un rumbo fijo que va directo al amanecer, los primeros rayos del sol rebotan sobre mis lentes, ni siquiera me conmueve el sol puesto sobre mi cabeza de largos espirales espesos y oscuros que me acompañan desde siempre. Unos pasos más y estoy tan lejos como nunca antes había estado… Mi inclinación sagitariana se incrementa echando a tierra mi firme convicción en los sabios occidentales y mi conducta de serpiente ancestral vacila en intervalos de flechera y bestia demoníaca escupiendo veneno y estrangulando sueños añejos.

Al final de este viaje… como dice Rodríguez “Al final de este viaje en la vida quedará una cura de tiempo y amor, una gasa que envuelva un viejo dolor.
Al final de este viaje en la vida quedarán nuestros cuerpos tendidos al sol como sábanas blancas después del amor.


PD: Aquí hay más que suficiente para leer entre líneas.

lunes, octubre 05, 2009

Tu Homenaje.


…El era un tipo delgado, muy delgado pero siempre lo fue, era corto de vista y de pómulos sobresalientes, tal como sus ojos azules profundos, sus manos eran de nudos grandes y brillantes, tenía un color pálido, algo enfermizo pero no pesimista la verdad no lo puedo imaginar como un hipocondríaco aburrido, era demasiado educado para ser fastidioso. Era un tipo relajado, dócil y grato para las horas de sobremesa, hubo días que no nos despegábamos y compartía conmigo su ocio dispuesto y gentil.

Nuestra primera conversación se dio muy fácil, lo discutimos antes, pero me quedo con la idea de que él fue quien me dirigió la palabra primero.

Desde siempre supe que sus gustos eran más bien sencillos que sofisticados, noté en el que en su vida había visto bastantes cosas delicadas y que las apreciaba. Hablaba como hombre de mundo y ¡vaya que lo tenía!, muy inteligente y un perfecto caballero.

Su estampa de hombre solo le daba un aire de idealista y de mente privilegiada, hasta donde yo sé hablaba tres idiomas y muy pocas veces conmigo ostentaba de sus posesiones, era adinerado pero no extremadamente adinerado, me imagino que ser extremadamente muy rico a él le habría parecido impropio y creo yo que evidentemente su riqueza no la habría empezado él, hacer una riqueza para un hombre tan sensible, francamente lo dudo para eso se debe tener temperamento y su carácter era demasiado amable para la lucha .

A lo largo de conocerlo me di cuenta de su extensa soledad, a veces cuando se viaja tanto, se tiene que ser así de solitario creo yo.

Era dueño de una voz pastosa y cansada… muchas veces he intentado imaginarlo de niño, lo imagino siempre como uno de los mejores alumnos, no el mejor pero si entre ellos, de no muy buena conducta, de cuadernos revueltos y doblados en las esquinas pero eso si, nunca una falta de ortografía. Su inseguridad muchas veces le jugó malas pasadas en ese entonces, de ideas siempre claras aunque frecuentemente una niebla espesa le oscurecía la mente. Me lo he imaginado siempre puntual, hasta para su breve cepillado dental, adivino que su desayuno consistía en una rica leche con sabor, ojala manjar acompañada de un contundente sándwich con lo que viniera pues no era para nada mañoso para comer, me lo he imaginado muchas veces inclinado sobre su tazón de leche, sorbiendo silenciosamente mirando hacia todos lados desde el fondo de sus anteojos, desde sus ojos fuertes, a veces sin color legitimo definido. Me lo he imaginado también de adolescente  hablado y riéndose él mismo de lo que había dicho, siempre su risa encontrando un eco… luego y con el paso del tiempo, con sus dolorosas intervenciones, abandonos, desolaciones, alegrías, amores y también desamores lograron definitivamente darle un color determinante a sus ojos de un azul como no habrán otros por lo menos en este mundo. Lo he imaginado su época de universidad, dando algún examen de calculo decidiendo una nota para cierre de semestre, en un invierno con bastante frio, pero dentro de un aula tibia, casi calurosa por sus recuerdos de la noche anterior con la madre de su compañero de clases.

Entre viajes y logros vio pasar los años inadvertidos incluso así mismo pasó el año que lo conocí yo, del cual no quiero hablar hoy…

Lo encontré un día de otoño, echado en su cama con los ojos blandos y tristes. Fui a él, lo acaricié hablándole y quise que se pusiera de pie. El pobre se removió todo bruscamente jamás pensó que yo lo hallaría, menos que aun siguiera recordándolo, y no llegué tarde, una princesa jamás llega tarde…

No pudo ponerse de pie, entonces me senté junto a él, lo acaricié de nuevo con ternura y mandé a buscar a su médico. El viejo doctor…. Se conocían de años, lo revisó minuciosamente y no me pidió que saliera del cuarto, reviso cuidadosamente su congestionado pecho –nada bien ¿he?- murmuraba el anciano, no sé qué contestó él… ¿que se iba?... no lo sé bien… ¿Qué un gran dolor?... ¿Que no sé qué raíz mala?... ¿La tierra entre la hierba?...

Poco antes del crepúsculo él se había ido, su carita languidecía y su existencia se elevaba al cielo… su pelo liso, ese pelo que tanto anhelé acariciar y que ese día al pasarle mis dedos entremedios sentí una abandonada tristeza… me fui en silencio encendiendo un cigarro en cada final de otro, sin notar que a mi lado revoloteaba una mariposa de seis colores… una a mi lado más muchas dispersas en el aire tratando de encontrar su inicial… Si, cada mariposa correspondía a cada princesa que él había amado en su vida.

Caminé en dirección al mar en forma de procesión… me refugié en una roca esbelta, ahí me senté a esperar el ocaso, tal como solía hacerlo él… ocurrió que cerré mis ojos para dar una oración, más no pude dejar de recordar entonces que en el minuto exacto que él cerraba sus ojos suavemente y se le escapaba el alma… besé sus labios, sonreí y desee haberlo encontrado antes, quince años antes cuando lo conocí.



miércoles, septiembre 30, 2009

En Primera Persona Singular.

La prisa se hizo dueña de mi boca que junto a la tuya no tuvo más providencia que la de las aves nuevas, nunca se sabe si llegaran a adultas si el clima no es favorable, nacimos a penas con un par de instrucciones, sucumbimos sin penas cuando estamos llenos de ellas.

El recuerdo insiste en levantar (te)… en levantarme y partir, regresar a penas con el recuerdo. Pero el olvido siempre gana, y en la lucha desesperada la condicionalidad que le da mi razón, en la incondicionalidad de mi absurdo, en un mundo donde las torpezas no pagan impuestos ni reciben justicia… se pierde y se olvida… y de ser así estaría en quiebra yo y varios insalubres más, pero tu no solo porque no te quedaste con recuerdos, los hombres como tu no sirven para eso, nunca te di ni pediste motivos para mi calma frente a tu boca eufórica que me apuraba a vaciar los besos que te llevaste tan lejos y que de seguro ya ni recuerdas. Estas lejos, no obstante la distancia es solo eso: intervalo, pausas, descanso y estarán ahí siempre despedazando y delimitando, alejando y deteniendo (en primera persona singular).

Recuerdo cuando jugábamos a conocernos, teniendo en cuenta el trabajo que nos llevaría días más tarde reconocernos, fue tan sencillo como elevar mi alma intentando ver la tuya desde otra perspectiva como si eso hubiera bastado para aliviarme, tener una coartada para cuando quisieras mostrarme un cambio, una variante de ti, pero queriendo llevarte la delantera, me quedé muy atrás… mostraste los cambios cuando me fue imposible mostrarte mi coartada, cuando ella no servía de nada.

Y nos perdimos, un silencio se apoderó de tu esencia un silencio que no comprendí entonces y que me ha hablado tan claramente hoy que no veo motivos sólidos para seguir guardando aquella coartada de mierda, solo guardo el recuerdo en blanco y negro de algunos besos (que fueron de verdad) y de los juegos que inventamos para no reconocernos más, (que fueron de mentira).

PD1: Algunas cosas aun te siguen trayendo de vuelta. (En mis desvelos)

PD2: (En mis sueños) ya no estas más.